Meditar puede definirse como una aventura mental y corporal que consiste simplemente en sentir nuestro propio ser. Es preferible aprenderla a través de su práctica continua que explicarla a través de palabras que la definan intelectualmente. Todo ser humano tiene a su alcance esta herramienta ideal que puede permitirle un mayor dominio de sus emociones, un sistema nervioso más relajado, una mente más tonificada y una reducc
ión de molestias físicas. Emprender la meditación es una cuestión de actitud para poder internarse en una hermosa experiencia que ayuda a conocernos a nosotros mismos cada día más. Toda esa práctica llevará a una mejor administración de nuestra energía, a un mejor trabajo intelectual y a un crecimiento espiritual, donde es e proceso se termina transformando en un aprendizaje permanente de autodisciplina personal. Son abundantes y variadas las técnicas de Meditación que existen, pero sea el método elegido, es fundamental realizarlo en un lugar tranquilo y con una respiración suave, serena y silenciosa; la buena oxigenación del cuerpo nos ayudará a cultivar nuestra fuerza interna. La constancia es otro de los elementos que no debe faltar en esta experiencia. Científicamente se ha comprobado que meditar hace bien, ya que produce un estado de descanso profundo que reduce el consumo de oxígeno y el metabolismo de desgaste. Al disminuir el ritmo respiratorio en forma notable permite una mayor relajación del sistema nervioso. Eso determinará una reducción de ansiedades y trastornos emocionales. Una de las beneficiadas con la práctica es la piel, que ante la presencia de tensiones es una de las más afectadas y sensible a las emociones. Por otro lado, produce un mayor estado de alerta y una mejor coordinación entre mente y cuerpo, que se suman a una mayor autonomía, una identidad más firme y a un aumento de la capacidad creativa. En pocas palabras, su práctica armoniza nuestra mente, nuestro espíritu y ayuda a eliminar tensiones del cuerpo.Las técnicas de meditación en el Tai Chi pueden trabajarse de diversas maneras. En posición sentado como se realiza en Yoga o en el Zen. Otra de pie como sucede en algunas posturas de Chi Kung. La tercera alternativa es trabajándola desde el movimiento como se aplica en la práctica de las Formas (Texto de Daniel Capello)